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Sara García y Marta Mori

Un programa "insoportable"

Entrevista con Miguel Álvarez-Fernández, director de Ars Sonora

En breve:

 

  • Nombre: Miguel Álvarez-Fernández

  • ¿Quién es?: Compositor, artista sonoro, director y presentador de un programa de radio

  • Programa: Ars Sonora

  • Cadena: Radio Clásica, de RNE

Si usted no ha escuchado nunca este programa le contamos, antes de nada, algunas cuestiones importantes para abrir boca.

 

Los contenidos del programa están abiertos al Arte Sonoro, en las vertientes de poesía sonora, instalaciones sonoras, performances y radio arte, así como a la Música Electroacústica. En dichos campos se atiende a la actualidad española e internacional, lo que supone realizar programas monográficos dedicados a autores, a temas, a novedades discográficas, a nuevas producciones o a exposiciones, convocatorias, festivales y muestras sobre el arte sonoro y la electroacústica. Permanentemente se buscan nuevos tipos de elaboración y presentación de la emisión, con objeto de estimular la curiosidad y el interés de la audiencia, como bien describe la propia página web de Radio Nacional de España.

Se trata de un programa de madrugada de 1.00 a 2.00 horas, presentado en la actualidad por Miguel Alvarez. Un programa fundado en 1985 por Francisco Felipe y José Iges, que estuvo dirigido por éste último desde 1987 hasta 2008, cuando Miguel Álvarez-Fernández asumió la dirección y presentación del programa.

Planteado como un oído abierto al arte sonoro y radiofónico internacional, es un activo foro de estrenos y ha venido promoviendo la realización de obras de Radio Art (en torno a 80, hasta la fecha), en coproducción con diversas instituciones.

Asimismo ha canalizado la presencia de RNE en el grupo Ars Acustica y en todos sus proyectos internacionales -Horizontal Radio, Rivers & Bridges, Art's Birthday Party-, además de organizar eventos como el FIRA  (Festival Internacional de Radio Art) en tres ediciones (1989, 1990 y 1991) y el I Encuentro de Radio Art "Ciudades Invisibles" (Madrid, 1992).

 

Las producciones surgidas de Ars Sonora se han difundido en eventos, encuentros y festivales por todo el mundo. Asimismo, han representado a RNE en premios como el Prix Radio Brno (2º premio en 1988), el Prix Italia (Prix Special en 1991) o el Premio Karl Szcuka (Förderpreis en 2005).

Dentro del Radio Arte se han venido abordando todos los géneros: radiodramas, música radiofónica, paisajes sonoros, géneros mixtos... con especial dedicación a las producciones realizadas por las diferentes emisoras integradas en el grupo Ars Acustica de la Unión Europea de Radiodifusión (UER/EBU), grupo al que Ars Sonora está ligado desde la fundación del grupo en 1990.

¿Miguel, cómo empezaste en la radio? ¿y en Ars Sonora?

 

Mi llegada a la radio ya se presentó con el mismo carácter imprevisto e inusual que ha marcado el resto de mi relación profesional con este medio. Aunque ciertamente la escucha radiofónica me había acompañado pertinazmente desde la adolescencia (¡principalmente a través de Radio Clásica, y más particularmente del programa Ars Sonora!), jamás me había planteado -ni siquiera imaginado- pasar al otro lado del altavoz. El proceso tuvo mucho de azaroso: mientras yo vivía en Berlín, recibí una invitación para pronunciar una conferencia en el Museo Reina Sofía de Madrid. Allí se iban a celebrar una serie de charlas y debates en relación a la llamada "música sobre soporte", es decir, aquella que se compone para ser escuchada a través de un determinado formato fonográfico (y no pensando en una interpretación "en vivo"). En particular, a mí se me convocaba para que hablara de la voz -éste es uno de los temas que más he investigado como musicólogo-, y más específicamente cómo afecta en nuestra percepción el hecho de que escuchemos una voz grabada -en otras palabras, qué cosas gana (o pierde) esa voz cuando nos llega a través de un registro fonográfico, de cualquier tipo-. Por centrarme en ciertos aspectos vocales que, según creo, no pueden llegar a contenerse en una grabación (no pueden llegar al soporte fonográfico), decidí titular mi intervención "La voz insoportable".

 

Pues bien, justo cuando confirmé mi participación en ese ciclo de conferencias, a su vez me llegó la confirmación de las fechas en que me invitaban a participar, de nuevo como conferenciante, en un taller -al que ya me había comprometido a asistir- que se celebraba nada menos que en Ohrid (República de Macedonia -un lugar tan fantástico como el contexto del taller al que me invitaban-). ¡Las fechas de Madrid y Macedonia coincidían! Entonces me pregunté ¿Y si la conferencia prevista para Madrid, que debía tratar sobre la voz grabada... no sonase a través de mi cuerpo, sino a través -precisamente- de una grabación? ¡Ello me permitiría estar, en el mismo momento de la charla, cerquita del lago de Ohrid! Le trasladé la propuesta al organizador del ciclo de eventos del Reina Sofía, que comenzó su mensaje de contestación con las palabras "Esto que me comentas me parece una pasada". El caso es que accedió (¡aunque, eso sí, nunca me pagaron por aquella conferencia -que, en realidad, me llevó muchísimo trabajo preparar, grabar, editar, etc.-!) El mismo pulsó "play" ante el público asistente esa tarde al Reina Sofía -según me contaron, claro-, y mi voz comenzó a sonar desde un CD y a través de los altavoces.

 

Todo este episodio no habría tenido más trascendencia que la de haberme permitido "acudir" a los dos compromisos coincidentes... no la habría tenido si entre el público asistente a aquella charla en el Reina Sofía no hubiera estado José Iges, fundador -en 1985- del programa Ars Sonora, y quien se aproximaba a su prejubilación. Él estaba -según me comentó mucho después- algo preocupado acerca de qué podría pasar con el programa, quién se podría encargar de darle continuidad (y llevarlo también a nuevos territorios) en la siguiente etapa-. Y cuando escuchó, como otro sorprendido oyente más, aquella conferencia "en soporte" (¡o insoportable, según se mire!), Iges pensó algo que jamás a mí se me habría ocurrido: que ese experimento tenía mucho que ver con las propuestas radiofónicas que Ars Sonora llevaba casi un cuarto de siglo proponiendo. Así que, inmediatamente después, Iges contactó conmigo, me trasladó la idea (¡que a mí me pareció fascinante, claro!), e inicié una serie de reuniones tanto con él como con Fernando Palacios, entonces director de Radio Clásica, que también confió muchísimo en mí -por eso también le estaré eternamente agradecido-.

 

Así que mis principios en la radio -más allá de alguna experiencia previa en una emisora que un profesor de Lengua y Literatura organizó (¡y, también azarosamente, me encomendó dirigir a mí!)  coinciden, básicamente, con mis inicios en Ars Sonora. Desde luego, no tienen nada que ver con el Periodismo -ámbito respecto al cual soy totalmente ajeno-, sino más bien con mi trabajo como artista (de hecho, el antes mencionado José Iges había producido, en 2004, "Voyelles", una pieza de arte radiofónico que realicé en colaboración con la poeta Sandra Santana, y que se estrenó ese mismo año en Radio France), y desde luego, con mi afición a pensar -y, en su caso, hablar- sobre las músicas más raras, que son las que más me interesan.

 

¿Cómo es el día a día del programa? ¿Tienes algún ritual antes de entrar en el aire?

 

Al tratarse Ars Sonora de una emisión semanal, su preparación no implica las exigencias comunes a los programas diarios... Más bien exige un constante esfuerzo por reinventar los contenidos y, en su caso, los formatos de la emisión: esa constante voluntad de cambio impide la fijación de cualquier ritual, felizmente (¡los rituales sirven, al cabo, para evitar pensar o imaginar cosas nuevas: son muy peligrosos!).

 

 

Si tuvieras que definir tu programa con una frase, ¿cuál sería?

 

Ars Sonora es el programa, de entre todos los que yo conozco de la radiofonía española, en el que los contenidos son más imprevisibles y diferentes entre una emisión y otra.

 

Ars Sonora es un programa especializado que dedica esa hora de la madrugada de los sábados a la música más experimental y radio arte, ¿crees que es un tipo de radio que puede atraer a todos los públicos? ¿Qué cambiarías para que los índices de audiencia subieran, y para que la franja de edad, como por ejemplo generaciones más jóvenes se interesaran por eun programa como este?

 

Desde luego, nuestra voluntad en el programa -que se emite en Radio Clásica, una emisora de carácter público- es alcanzar a todos los ciudadanos... que estén interesados en las manifestaciones más experimentales de la creación sonora. Es decir, que el programa perdería todo su sentido si modificásemos nuestro nivel de exigencia y rigor en la selección y presentación de contenidos, por ejemplo con el equívoco propósito de alcanzar a más oyentes. Ars Sonora, un programa que -ciertamente- tendría una muy difícil cabida en un contexto diferente al de una radio pública, ofrece cada semana la oportunidad de escuchar propuestas a las que para mucha gente es prácticamente imposible acceder de otro modo. Nosotros intentamos, claro, presentarlas del modo más accesible y grato posible, apelando siempre a un oyente exigente, entre otras respecto a aquello a lo que se destinan sus impuestos. En este sentido, una hipótesis que siempre mantengo, y que me orienta mucho en mi trabajo radiofónico, es la que me invita a asumir que el más tonto de entre todos los oyentes del programa es mucho más inteligente que yo... ¡Eso me ayuda a medir el nivel de respeto que debería guardar con la audiencia!

Si bien son muchos los oyentes jóvenes que siguen Ars Sonora -además, están entre los más activos tanto en las redes sociales como en la comunicación vía correo electrónico-, lo mejor que se me ocurre para que esas generaciones más tempranas se interesaran por este tipo de programas radiofónicos sería que aumentase el nivel de exigencia en esos institutos y universidades (en realidad, la posible subida en los índices de audiencia de Ars Sonora sería el menos importante de los innumerables efectos ventajosos que tendría habitar una sociedad algo más culta).

 

 

¿Cómo te imaginarías el programa Ars Sonora en televisión? ¿Verías esa posibilidad?

 

Aunque evidentemente las emisiones televisivas de las cadenas comerciales (y no sólo de éstas) se alejan cada vez más de valores como los que orientan un programa como Ars Sonora, el esfuerzo imaginativo al que anima esta pregunta no es tan grande si se recuerdan experiencias como las protagonizadas por Leonard Bernstein o Glenn Gould, o las realizadas por Luciano Berio para la RAI (todo ello en momentos de menor conservadurismo -estético, social, político...- que los últimos años). Si uno navega con algo de curiosidad por Internet, puede encontrar iniciativas más recientes, y muy valiosas, que se parecen bastante a lo que se propone en la pregunta.

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