Palabras para la radio.
La radio, mi regalo
Virginia Díaz,
Radio3 y TVE
La última vez que celebramos el Día de la Música yo dije que la música era mi vida. Lo que me acompaña desde que fui engendrada. Lo que me hace reír, llorar, cantar, bailar, saltar… lo que me anima y me enfada. Lo que está siempre a mi lado. Lo que me provoca amor y también odio pero nunca me falla. Música es sentimiento, emoción, pasión, recuerdos…
Y música es, para mí, Radio 3, mi hábitat natural, mi hogar y mi refugio en miles de ocasiones. Hace que sienta magia a diario porque la radio es eso: magia. Encierra sensaciones que no se desprenden a través de ningún otro medio. Es directa y urgente. Hace volar tu imaginación y te lleva a mundos paralelos que creías inexistentes.
Y solo estás tú, no necesitas a nadie más. Alguien al otro lado y tú. Surge la conversación, ambas partes nos entendemos aunque, a veces, no estemos de acuerdo, y aprendemos el uno del otro. Y quedamos para el día siguiente y la magia vuelve a flotar.
La radio es mi otro yo más cercano y secreto. Le cuento cosas que no me atrevería en ningún otro sitio y me desahogo, transparente. Es mi lado más sincero y honesto.
Y, aunque me sigue poniendo muy nerviosa, porque la respeto por encima de todo, la radio es uno de los regalos más bellos que he tenido en la vida.
La gran dama de mis horas
Isabel Bravo,
Oyente
La radio...
Compañera de mi vida desde los doce años.
Primero con los éxitos narrados por el gran Joaquín Luqui y después, con otro gran comunicador que, con su voz profunda, saludaba a los oyentes con aquel famoso: "Buenos días España".
Programas llenos de encanto que despertaban la ilusión de la gente y hacían que olvidasen sus problemas.
Mi memoria sentimental no alcanza a comprender muchas cosas sin esa diminuta caja en la que se encerraba, y se encierra, la magia.
La gran dama de todas mis horas.
Enciendo la radio
Olga Marsset,
Periodista
Levantarte, preparar café y encender la radio.Conducir camino al trabajo, un atasco y encender la radio.Salir a la calle, hacer deporte, ponerte los auriculares y encender la radio.Llegar a casa, preparar la cena y encender la radio. Acurrucarte en la cama, desconectar de día y encender la radio.
Levantarte, preparar café y ¿adivinas qué? ¡Exacto!¿Te das cuenta de la cantidad de horas que, los fieles a este medio, pasamos en compañía de la radio? ¡A veces paso más tiempo con ella que con mi propia pareja!
La amo (y a mi pareja también, eh?)Amo a este medio por todo lo que me ofrece: compañía, risas, me hace pensar, me motiva, me inspira, me convence, me gana…La radio jamás se apagó ni se apagará (por mucho que algunos lo vaticinaran).
Siempre estará encendida.
Piloto rojo.
Empezamos.
Enciende la radio ;)
La radio son los Reyes Magos
Esther Bazán,
Cadena Ser
La radio son los Reyes Magos. A mí me provoca el mismo cosquilleo en el estómago que sentía cada 5 de enero cuando me acostaba pensando en qué me traería Melchor. Siento los mismos nervios cada día según me voy acercando al estudio. Intento mantener viva esa inocencia que es la que dibuja sonrisas, sorpresa, respeto y un poquito de miedo. Lo mismo que me pasaba cuando me acostaba el 5 de enero. Entonces yo apretaba mucho los ojos para no despertarme y evitar que me pillaran los Reyes Magos mirando desde la cama. La radio son los Reyes Magos porque… la radio es mi regalo, mi regalo especial. ¿No quieres tú uno así? … Vale, te lo presto.
P.D. Gracias a los que me hicieron amar así la radio. Y me la prestaron (la compartieron conmigo) Gracias Iñaki… Gabilondo. Gracias Carlos… Llamas.
Mi ritual mágico
Ruth Méndez,
Informativos Telecinco
Acariciar la perilla hacia el infinito y girarla hasta encontrar un sonido que invada el silencio. Elegir la voz, entre mil locutores y zumbidos, que te susurre al oído... El ritual mágico de encender la radio me ha acompañado toda la vida, incluso antes de nacer.
Mi madre no dejó su afición por las ondas durante el embarazo y quizá por eso, siendo un bebé, la mejor nana para dormirme fue un transistor escupiendo noticias. De niña recuerdo meterme en la cama con mis padres, en plena madrugada, escuchando el programa de cine del loco Pumares o las Navidades en La Coruña, haciéndome la dormida mientras mis tías atendían con devoción a una tal Encarnita Sánchez. Pronto llegó el momento de descubrir la radio por dentro. El primer verano de prácticas, el primer boletín leyendo esa hoja traicionera temblando contra el micrófono, esas primeras conexiones desde una cabina de teléfono haciendo malabarismos con las monedas mientras trataba de entonar la crónica de turno...
Mis noches de exámenes, los viajes en coche, los desayunos con resaca y ahora los biberones intempestivos de Martín… Todo suena con la misma banda sonora de fondo.
Más adelante he tenido el gran privilegio de conocer, de trabajar e incluso de hacerme muy amiga de muchas de las voces que he admirado y sigo admirando tanto. Llevo ya 15 años trabajando en televisión pero cuando quiero VER de verdad... Me sigo asomando a la radio.
La radio, una forma de vida
Rosana Güiza,
Onda Cero
La radio es vida, una forma de vida. Es comunicación cercana que informa y a la vez entretiene, pero sobre todo, acompaña. La radio es compañía de todo aquel que, por cualquier motivo, necesita no sentirse solo, mientras trabaja, mientras cocina o conduce o mientras limpia. Siempre fue y sigue siendo el medio más cercano. Es directo, sencillo, sin complicaciones ni mentiras en cuanto a realización. En la radio todo es directo, es real y pasa también en tiempo real. La actualidad manda y se hace radio, minuto a minuto, según las cosas van pasando. Un entretenimiento que distrae y te abstrae a veces también de la dura realidad de la actualidad. La radio es música, sonidos, sensaciones e imaginación, mucha imaginación cuyo poder inunda las mentes de quien escucha al otro lado. La radio son voces que transportan y acompañan. Voces que se convierten en amigos o en familia gracias a la cercanía del día a día. Para mí la radio es una pasión, mi pasión, mi vida.
Radio para educar
Mario Llorente,
“Educa en el aire”
La radio es una manera de convivir con ella, de sentir, de expresar, de comunicar e interactuar. Una de las cosas que me apasiona de la radio es la cercanía que transmite cuando la escuchamos, incluso cuando somos partícipes del programa.
La veracidad y ritmo a la hora de comunicar una noticia, Increíble: Con un simple teléfono podemos contarla en directo al instante en cualquier punto del mundo…eso me parece asombroso.
En nuestro caso desde "Educa en el Aire" destacaría el valor de la radio como una herramienta donde juntamos tres partes claves: Educación, Cultura y Comunicación. Una herramienta para enseñar valores imprescindibles en nuestra fase del ciclo escolar, pero también una herramienta muy importante para seguir viviendo, como en el caso de la tercera edad. Una radio para rememorar esos sonidos antiguos, parte de sus vidas, incluso como proyecto de refuerzo de memoria para quien lo desarrolla, es decir, ¡Una Radio para todos!
Otra cosa que me gustaría destacar de la radio es el tiempo, que te enseña también a valorar tu vida, ya que en la radio 1minuto es mucho tiempo y se pueden contar y hacer muchas cosas.
Como experiencia me quedo con la radio y una hoja en blanco. Soñar con las ideas, los sonidos, contenidos y la creación de un programa de radio. Trasladar a la realidad tus pensamientos y compartirlo con los oyentes. Fantástico. La Radio más viva que nunca para educar y comunicar.
Siempre nos quedará la radio
Cristóbal Jiménez Ariza,
Profesor y periodista
"Estas imágenes pueden herir su sensibilidad". Con esta entradilla, el presentador de turno o el muro del Facebook nos avisan de que estamos a punto de contemplar un episodio más de salvajismo , una más de las atrocidades de las que somos capaces los seres humanos. Después viene la escena en cuestión: unos terroristas rematando a un hombre a sangre fría, niños ejecutados, decapitaciones… ¿Es necesario ver todo esto? Algunos defienden que sí, que es la vida, que la realidad no se puede ocultar, que si no, ojos que no ven, corazón que no siente. A mí no me gusta ver estas cosas. Primero, por respeto a las víctimas. La muerte no es un espectáculo para ser contemplado. Después, porque eso es hacer un poco el juego a los terroristas, que buscan impactar, llenar portadas y meter miedo… Siempre nos quedará la radio. La radio permite huir de la tiranía de la imagen sin dejar de sentir los latidos de la vida y de la historia. Soy adicto a la radio desde niño y leo con satisfacción y esperanza lo que dice el último informe del Centro de Investigaciones Sociológicas, que la radio es hoy el medio de comunicación más fiable para los españoles.
El año sin verano, pero con radio
Carlos del Amor,
periodista y escritor
Por las noches, Gabriel iba a la emisora de radio que había fabricado casi artesanalmente con unos aparatos extraños y pesadísimos que le había traído de Alemania un amigo suyo. Había convencido a casi todos los vecinos para que se compraran un receptor y estuviesen de esa manera al tanto de lo que ocurría en el pueblo. Así, un día llegó una camioneta cargada de unas válvulas Askar que tenían ya bastantes horas de vuelo en sus lomos, pero que se escuchaban decentemente.
Todos los días, a eso de las nueve, las calles de Nimel quedaban desiertas, y si era verano, en todos los rincones se escuchaba la voz de Gabriel. Solía comenzar de la misma manera: “Buenas noches, vecinos. Como siempre, empezamos el programa repasando las novedades del día, pero antes, para que todos nos demos un respiro, para que todos hagamos volar la imaginación, una canción"...
Para los nimeleses aquel era el mejor momento de esos días que sin sentido iban y venían.
(Fragmento de “El año sin verano”. Carlos del Amor. Espasa)
El medio más cómplice
Borja Terán,
Periodista y colaborador de La Mañana de Cope.
Iñaki, Julia, Gemma, Concha, Luis, Encarna, Carlos, Juanra, Ramontxu, Javi... la radio se construye con nombres propios, nombres que se convierten en uno más de nuestra propia familia. Es el medio más cómplice. Porque es próximo. Porque es auténtico. Porque nos acompaña. Porque nos habla. Y porque nos escucha. Porque la buena radio es la que sabe escuchar. Y ese es el mayor valor del periodismo de hoy. Y el más difícil de conseguir. En tiempos de sobredosis de spam, frenéticos retuiteos y aluvión de efectistas titulares interesados, la radio en directo (o en podcast) es clave a la hora de digerir la información con mirada propia. Dando voz a la curiosidad. De ahí que las ondas hertzianas, disfrazadas ya de digitales, sean una de las mejores canteras de profesionales. La radio es la escuela perfecta para aprender a comunicar sin red. Es reflejo de un país que ya es menos engolado y más natural. Que es menos oficioso y más participativo. Que aprende de su pasado y sufre un cierto desconcierto por su futuro. Pero, aunque muten las ventanas de emisón, la esencia de la radio perdurará: la fuerza de la credibilidad, la credibilidad sincera y espontánea.
La radio, una amiga
La radio engancha
Gorka Zumeta,
periodista, profesor, blogger
Radio. Compañía. Amistad. Educación. Confianza. Credibilidad. Información. Entretenimiento. Diversión. Humor. Tragedia. Emociones. Calidez. Cercanía. Complicidad. Familia. Costumbre. Sentimientos. Lágrimas. Historia. Historias. Silencios. Esperanza. Música. VIDA!
Todo esto es la radio. Y mucho más. Cada oyente tiene su propia percepción y entresaca de este medio maravilloso lo que más se adapta a su personalidad. La radio tiene muchas caras. Tantas como oyentes. Cada uno destaca una condición, o dos, o muchas, según su grado de militancia por el medio. Porque a la radio se la quiere.
Iñaki Gabilondo nos inculcó a muchos el extremo cuidado, y respeto, que debemos tener con los oyentes, que son, en definitiva, quienes dan sentido al medio. Por eso, los profesionales que decidan dedicarse a este oficio deberán poseer esa necesaria sensibilidad en torno a quienes deciden recibir su trabajo y ¡cuidado! creérselo. Porque si la radio es una amiga, a los amigos se les cree, o dejan de ser amigos en el mismo momento en que nos mienten. Respetemos la esencia de la radio -el medio más creíble de todos- y alimentemos su consideración social. Éste es el compromiso. Mientras las generaciones venideras sigan cumpliendo con este precepto imprescindible, tendremos radio para rato.
Alexia Rivas,
Reportera y presentadora de MARCA
No encuentro mejor manera de definir lo que supone trabajar en la radio para un periodista que aquello que siempre he escuchado y más tarde viví. Es muy sencillo: "La radio engancha". Mi materia actual son los deportes, y aunque ahora estoy centrada en televisión, hace no tantos meses pude disfrutar de la radio todas las semanas y cada vez que salía del estudio quería más. Quería que mi voz se escuchara en directo y que en todas las casas escucharan lo que tenía que contar, aunque no fuera demasiado; poder compartir con los oyentes mi punto de vista, las risas disfrazadas con mis compañeros y el aprendizaje de quien sabía ínfimamente más que yo.
Tuve la suerte de gustar al que llevaba el programa y los sábados de 4 a 5 me dio la oportunidad de dirigir la sección de deportes e intervenir en la de humor. Antes de comenzar el programa tenía siempre el cosquilleo en el estómago pero, en cuanto empezaba a hablar, desaparecía. La radio te enseña a improvisar, a quitarte la vergüenza, a aprender a fallar... Me llegaron nuevas oportunidades y dejé aquello que tanto me ha llenado pero en un futuro estaría encantada de volver a sentarme en un estudio, ponerme los cascos y escuchar la frase mágica: "estamos en el aire".
Que no falte nunca
Tomasi Hernández,
librera
Para mí la radio es compañía. La radio hace que te pares a pensar en cosas que pasan fuera de tu ambiente, de tu casa, que te enriquecen personalmente. Gracias a la radio puedes descubrir cantidad de opiniones diferentes a las tuyas y eso te ayuda a desarrollar la capacidad de entender al otro y, sobre todo, la escucha, que tanta falta hace. Aprendes a escuchar de manera sistemática, a escuchar antes de opinar o hablar, incluso, a veces, esperas que el periodista diga algo que tú estás pensando en ese momento, que ponga voz a tus pensamientos.
En mi casa la radio habita encendida y, después de tantos años como oyente, voy a permitirme hacer una comparación con los libros. Cuando tú lees un libro, la magia está en las palabras, en la historia y sus protagonistas. Tú los imaginas con una cara, una voz… y en la radio es igual: tú puedes imaginar todo lo que quieras, ¡pero no su voz! La voz ya está ahí.
He aprendido tanto de la radio que espero que los míos sigan el mismo camino y, sobre todo, que no les falte, que no falte nunca.
La Fm entre mis labios
Ricardo Alonso,
Director de OnlyRealHH
Tras mi llegada a la facultad las cosas cambiaron mucho en mi vida, más de lo que nunca pude haber imaginado. Personal y profesionalmente abrí la mente, a nuevos mundos, a un sin fin de ideas. Los propósitos se tornaron sueños, los sueños realidad. Realidad que hoy día se puede tocar, toques que te da la vida para comunicar. Porque comunicar es estar vivo al fin y al cabo.
Ni que decir tiene que delante de un micrófono me encuentro como pez en el agua, que no hacen falta textos ni chuletillas pues me brotan solas las palabras. En 2009 descubrí el podcast gracias a Milenio 3, hoy mi propio programa se asoma en esa posición dentro del género del hip hop, ¿ves?
Algunos me dijeron mil y una veces que era imposible, que se reirían de mi, que no podría competir. Hemos tardado pero aquí estamos, y hablo en plural porque sólo no se llega a ningún lado. Que la vida es suerte, talento y constancia queda demostrado… y ahora busco lo primero porque llevo años anhelando capturar la FM entre mis labios.
La radio es mi recreo
Pedro Blanco,
Hora 25 Cadena Ser
El recreo era, cuando todavía transitábamos por la niñez, una esperanza cada mañana, ese espacio y tiempo en el que se jugaba, se reía, se hablaba, se escuchaban historias y se contaban otras, se hacían preguntas, se inventaban respuestas, se alimentaba la imaginación o se construían amistades. El recreo era la vida entre la rutina como lo puede ser la radio, para mí un espacio único, el más inclusivo de todos los medios, el más vibrante, el más sincero, el más auténtico y el más natural. Tengo la inmensa fortuna de llevar toda la vida en el recreo y hoy, como hace ya más de 20 años, disfruto de este medio como lo que creo que es: el mejor de los posibles.
La radio es así
Chelo Sánchez,
profesora y periodista
Se deja amar como el más necesitado, con pasión; se deja querer de manera continua o a ratos, una veces por miles -incluso millones- y otras, por unos cuantos que se cuentan con los dedos; es cómplice de soledades y dramas: es graciosa, seductora, creíble, mordaz, compañera... es la radio, el medio "invisible: todo o nada según para quien.
Sigue gozando de una salud de hierro a pesar de la todopoderosa televisión y del gigante internet. Puedes acercarte a ella como y cuando quieras, desde la tristeza o desde la euforia, en tercer plano o como compañera única. Puedes acercarte a ella y quedarte sin entrar o pasar hasta el fondo y crear con ella mundos, tu propio mundo.
La radio es así y también uniformizada, "estrellada", comercializada y, a veces, lenta y paquidérmica. Su magia necesita nuevos trucos y colores, no sólo nuevos magos. Necesita recuperar la narración de historias para no quedarse solo en la transmisión de noticias y sus comentarios. Necesita ver la realidad a través de más prismas que el del "yo" y con luces largas encendidas.
La radio fue el internet de mi infancia
Juan Antonio Herrera Salazar,
guionista de El Hormiguero
En mi casa había una radio del tamaño de un microondas. Era preciosa y en la penumbra de la noche, se iluminaba el dial y en él podían leerse nombres exóticos de ciudades lejanas como Beirut, El Cairo, Budapest… En esos años oscuros, la radio fue el internet de mi infancia. El mundo estaba en la radio y gracias a ella se colaba en mi cuarto ampliando mi imaginación. Alguien me dijo que los locutores eran unos seres minúsculos, que vivían dentro de ese mágico aparato. Aunque les vigilaba día y noche, nunca vi ninguno. Lejos estaba de imaginar que con el tiempo yo sería uno de ellos.
Subirte el volumen: deporte de riesgo
Natalia Ayala,
periodista en RNE
Llevas más de tres décadas amaneciendo y acostándote a su lado y aún te sorprendes enojada cuando pierdes su sintonía al atravesar algún tramo de túnel en la M30. La de la cocina se ha llevado más de una caída entre botes de harina y pasta y salpicaduras de aceite de oliva hirviendo. Y sacar la mano de la ducha para subir su volumen, sin resbalar ni enfriarte, se ha convertido en uno de tus deportes de riesgo cotidianos favorito.
Hace media vida que le guiñaste un ojo para que se convirtiera en tu pareja de baile profesional. Y se dejó. Te obliga a trasnochar cada fin de semana para contar casi siempre desgracias, pero no te imaginas la vida sin ella. Imposible olvidar que te regaló aquel minuto 116 en un lejano estadio de fútbol. Y te permite despedirte con un “gracias por estar al otro lado de la radio”, cuando ni siquiera tú sabes en qué lado estás y cuando las gracias, en realidad, también son para ella.
Palabras desde China
Luis Fernández,
Ex Presidente RTVE
“La radio está pegada a la vida”, suele comentar Iñaki Gabilondo, el más grande en estos noventa años de radio pegada a la vida. Mi amiga Chelo Sánchez me pide un telegrama para la Radio y lo primero que me viene a la cabeza es aquello que se decía antaño de “lo ha dicho la radio”, signo evidente de credibilidad, porque la radio era y es verdad. Porque la radio sufre, ríe, llora, comenta, cuenta, dice… y lo hace debajo de la almohada, en el metro, en el coche camino de la oficina, en el campo o en el baño. Mis mejores recuerdos de la radio están unidos a la excitación por la noticia, a un micrófono que se abre, a las señales horarias, a la sintonía de Federico Mompou, a las noches electorales, a los oyentes… La radio va al compás de la vida y si la situación general no es buena a la radio le pasa lo mismo. Cómo se explica sino que Iñaki o Juanra Lucas estén hoy fuera de las ondas. ¿Se lo puede permitir la radio? Yo creo que no. Mal síntoma.
La radio, la amiga de siempre
Antonio Hernández Rodicio,
Director Cadena SER
Ni la mató la televisión ni la ha herido internet: Al contrario, la radio ha demostrado a su largo de su historia -cuyos primeros 90 años se cumplen en 2014 con el nacimiento de Radio Barcelona, de la Cadena SER- que sabe trazar alianzas, generar complicidades y adaptarse a cada tiempo. Como dice Iñaki Gabilondo, dígame cómo será la sociedad del futuro y le diré cómo será la radio del futuro. Más que nunca, la radio ha de cumplir con su labor social de informar y entretener, pero, hoy, mostrando una sensibilidad especial con la gente. Hablando y oyendo a la gente que tiene problemas, a la gente que trabaja, a la que sueña, a la gente que trabaja para construir un mundo mejor. El compromiso de cuantos trabajamos en la radio sigue inalterado. No se nos ocurre una mejor idea que seguir contando la vida desde la radio. Ese es nuestro propósito y la encomienda que nos hace la sociedad.
La que nos hace soñar con una sonrisa
David Sierra,
Esto me suena RNE
Meterte en la cama y encontrar algo en el dial que te hacía quedarte. Eso es lo que recuerdo de mi infancia y adolescencia. Un ruido, un sonido. Algo que te enganchaba y que te mantenía despierto. Ahí empezaba la magia de la radio. Cada noche era diferente, porque te dormías descubriendo un nuevo país, una nueva leyenda o un nuevo personaje.
Ahora ya no suele pasar. Actualmente se ha perdido la capacidad para sorprender al oyente, porque todo –o casi todo– suena igual. Pero cada noche, como un niño, es una delicia escuchar un programa que te sorprenda de vez en cuando. Acurrucarte sabiendo que vas a dormirte con una sonrisa, la que te transmite ese ‘desconocido’ que ha logrado sorprenderte. Y eso es lo que echo en falta, más sorpresas radiofónicas. Recuperar la magia de la radio. La que nos hace soñar con una sonrisa.
Palabras desde el encierro
Javier Solano,
Periodista TVE
Cuando yo era estudiante de Periodismo, a finales de los años 70, los profesores nos martilleaban con conceptos para nosotros completamente nuevos sobre teorías de la información (emisor-receptor-medio-canal), sobre la diferencia entre medios fríos y calientes y sobre la sentencia del gurú McLuhan: “El medio es el mensaje”. Pero, de vez en cuando, los sesudos teóricos también descendían a la realidad más cotidiana, como cuando nos dijeron, allá por 1978, que en Estados Unidos ya se había superado el número de un receptor de radio por habitante. Esta cifra me maravilló, teniendo en cuenta que aquí la radio, con la excepción de los aparatos instalados en los coches, seguía siendo un electrodoméstico familiar; nada de un aparato por persona, uno por familia.
35 años después, no sólo la radio ha alcanzado en este país la cifra de receptores que orgullosamente en los 70 ostentaba EEUU, sino que son varios los aparatos con los que ahora contamos cada uno de los radioyentes. Tenemos una radio en la cocina, otra en el dormitorio , otra como componente de la cadena musical del salón, otra en el baño, otra en el coche, otra en teléfono móvil, otra en el puesto de trabajo –al menos en el de los periodistas-, y otra u otras en el ordenador. Y es que si este incremento del número y naturaleza de los receptores de radio en las últimas décadas hubiera acontecido también en el mundo de la prensa escrita, hoy en día no seguiríamos anclados en la misma cifra de lectores de periódicos que había en España en los años 30. Y eso a pesar de que hace 70 años, más del 30% de la población era analfabeta y pocos ciudadanos podían costearse el precio de un periódico.
La radio: El manos libres
Pepe Casamar,
Corresponsal de la Gaceta de Salamanca
Un día cualquiera, de diario claro, y cuando aún no ha amanecido y mantienes los ojos todavía cerrados, llegan los sonidos de la inseparable compañera: La radio. Sonidos que te ayudan a salir de los sueños y regresar a la realidad.
No encuentro mejor definición para la radio que “el manos libres de la información y el entretenimiento”. Tal vez alguien haya utilizado alguna vez esta frase —no he tenido tiempo de realizar ni siquiera una búsqueda rápida en Google—, si así fuera, enhorabuena y, seas quien seas, te la tomo prestada. Si no, pues ahí queda mi pequeña aportación.
Es manos libres porque no hay otra forma de ocio, entretenimiento o información que facilite, en mayor medida que la radio, la “multitarea”: trabajar, soñar, conducir, compartir, cocinar, leer, correr, hablar,… todo es posible con la radio, llegando hasta el subconsciente, que es el que se encarga de dar la voz de alarma cuando lo que suena te interesa.
El ritmo del corazón
Elena Martín,
Presidenta ASPE
Siempre he dicho que mis mejores años radiofónicos los pasé en la primera FM que hubo en Salamanca, la 96.9. Fueron años ilusionantes, alocados, y repletos de magia. Pensar que formé parte de aquel equipo me pone una sonrisa en la cara y me provoca unas sensaciones tremendamente positivas.
¿Sabéis lo que era hacer radio local de noche? La radio vacía, el estudio con luz tenue y tú sola ante el micro hablando a la ciudad: Impensable ahora. La FM de Radio Salamanca ha sido la escuela de muchos de los que después hemos hecho de la radio nuestra profesión.
Lástima que la situación de la radio local haya cambiado tanto. Y no me refiero a las cuestiones tecnológicas, no. Es innegable que en eso la radio ha ganado. Hablo de las horas que las radios locales dedican a la programación de aquí, de lo cercano, de nuestro barrio. Horas que han ido menguando al tiempo que la programación nacional ha ido tomando mayor protagonismo. Pero además, se echa de menos una mayor implicación de las emisoras locales con las oportunidades que ofrece internet y me temo que el oyente ha dejado de ser activo en el ámbito local. Pero no perdamos la esperanza. Confiemos en poder hacer radio de aquí al lado, radio de calle, una radio que me cuente historias cercanas, y que me devuelva ese latido del que hablaba Iñaki Gabilondo al afirmar que ningún medio se parece tanto al ritmo del corazón como la radio.
En 130 palabras
José Luis Pastor,
Director de Coordinación Cadena COPE
Desde la niñez hasta hoy, estas son mis 130 Palabras para la Radio: “Anís Castellana, su presencia siempre agrada”, “23-F la noche de la radio”, “Pi, pi, pi, piiiii, son las 11 de la mañana, las 10 en Canarias”, “El Loco de la Colina (Wish you where here)”, “última hora: atentando en Hipercor”, “Los Porreta”,” minuto de juego y resultado”, “Encarna: ¿Estás ahí?”, “Rueda de Emisoras Rato: 60 emisoras y tú en Cadena”, “Pablo Pablito, Pablete”, “Protagonistas”, ”gol-gol-gol-gol-goooooooooool”, “Carlos Llamas en Radio El País”, “Polvo de Estrellas”, “Radio España; la radio en chándal”, “El estado de la Nación con Mingote, Ussía, Chumi Chúmez, Tip…” , , “Radio Hora: son las siete y doce minutos, tic, tac, tic, tac…”,“La verbena de La Moncloa”, “El Topo Deportivo con JJ Santos y Sergio Sauca”, “Supercanasta Cola-Cao”, “Diálogos 3”, “La marcha Radetzky con Juanra Lucas”, “Vuelo 605”. Después de 50 años contigo, no hay palabras suficientes para expresar lo que siento.
Con R de recuerdo, con A de amor
Gara Argones,
4º de Periodismo
Radio, desde la decimonovena letra del alfabeto hasta la decimosexta. Radio, con R de Recuerdo, A de Amor, D de Diversión, I de Imaginación y O de Omnipresencia. Recuerdo mis primeros contactos con la radio: como una más de la familia. Cuando era pequeña no entendía cómo desde un aparato tan pequeño se podían escuchar voces. Era la magia. Como dice Sabina, son más de “500 noches” las que hemos pasado acompañados por el omnipresente transistor. El amor que se llega a sentir por la radio viene ligado a sus apellidos, la diversión y la imaginación que nos transmite. La conocía bien, pero no fue hasta que llegué a la universidad cuando me la presentaron. Entonces, me enamoré loca y perdidamente de ella y sabía que algún día, alguien, desde algún salón, una cama o un coche, solo o en compañía, me escucharía a través de la radio. Entendí que ese alguien escucharía mi voz, solo mi voz, sin mi imagen, ni mis gestos, y que esta voz… le haría sentir la grandeza de la radio. Porque ya nos lo enseñó Marilyn Monroe. La radio es algo que te viste, que te envuelve, y que sobre todo te acompaña allá donde vayas. “No es cierto que no tuviese nada puesto: tenía puesta la radio”.
Palabras con sabor a rock and roll
Jorge Ilegal,
guitarrista, cantante y compositor.
Mantengo una antigua y doble relación con la radio, a veces la amo... a veces la detesto. Fácil de entender si tenemos en cuenta la gran plasticidad de un medio donde tienen cabida tanto lo sublime como lo infame. Cada minuto viajan en las ondas tanto valiosísimas obras de arte como informaciones deliberadamente tóxicas. Si no pongo en funcionamiento un sofisticado sistema de filtro, este aparato me infectará de basura.
Hoy estoy enfadado con la radio y con todos los demás medios de comunicación porque han hecho realidad mis peores predicciones: han malgastado aquella libertad, por la que clamaban, invirtiéndola en convertir a los oyentes en consumidores. Espero tener la enorme fortuna de poder reconciliarme con la radio mañana, pero hoy será un día sin radio.