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Sara Nieto Crespo y Carlos Rey Estévez

Entrevista a Laura Barrachina

 

Siempre he querido ser periodista aunque no lo supiera. Mi madre dice que lo único que hice en mis primeros días en este Mundo fue llorar, seguramente porque no podía hablar. Cuando aprendí, ya no paré. Tenía que contar todo lo que veía, todo lo que me pasaba y así hasta hoy que me dedico a contar todo lo que leo, todos los tebeos que caen en mis manos y toda la Cultura que se cuece en nuestro entorno. Aunque he trabajado en otros medios, desde hace siete años me encontráis en RNE, hablando de Cultura en El Ojo Crítico y de cómics e ilustración en “La hora del bocadillo” de Radio 3.

Llama la atención que en La Hora del Bocadillo os dediquéis únicamente a hablar de ilustración y cómics a través de la radio. ¿Cómo afronta un profesional el tratar algo tan visual a través únicamente del sonido?

 

Con naturalidad. Lo de que una imagen vale más que mil palabras es un tópico. En La hora del bocadillo entrevistamos a autores y a través de sus palabras vamos describiendo la obra, dando pinceladas sobre ella, su estilo, lo que quiere transmitir, a veces de su personalidad se desprende que la obra es interesante… así que creo que lo importante siempre queda transmitido, luego el oyente decide si le hemos seducido lo suficiente como para ir a la librería. Además, hoy en día contamos con las redes sociales que nos permiten complementar la palabra, en la que sigo confiando plenamente.

 

 

¿Qué echas en falta en la radio española?

 

Sinceramente nada, creo que si buscas encuentras un programa a tu medida, aunque siempre se pueden hacer ajustes. Yo trabajo en la radio pública donde tenemos joyas como Documentos, como toda Radio 3, como El Ojo Crítico, programas o emisoras impensables en el ámbito privado. Por ser más exquisitos, sí quisiera más riesgo en la radio, sueño con hacer un programa cada día desde la calle, programas de gente corriente que tienen conflictos corrientes con los que nos identificaríamos todos: pasar un día con un pastor, un día con un panadero que recorre una comarca repartiendo el pan, un cartero… Hablando de las cosas de las que habla la gente. En fin, hacer radio para la gente con la gente.

 

 

Radio Televisión Española ha recibido críticas por la dirección que ha impuesto el Gobierno. ¿Se ha notado este cambio en Radio 3?

 

No. Aunque es una pregunta a la que deben responder los oyentes y seguro que coinciden conmigo.

 

El Ojo Crítico se caracteriza por su fuerte componente cultural, ¿cuál es la fórmula para atraer a los jóvenes hacia ámbitos como lo literatura?

 

No es que haya un fuerte componente cultural… ¡Es que es un programa cultural! Desde hace más de treinta años. Creo que a los jóvenes hay que tratarlos con normalidad, como a cualquier oyente, quizá necesitan menos impostura en el tono, más cercanía, sentirse acogidos en este mundillo cultural que a veces puede ser distante y complicado, demostrándoles que a la Literatura cualquiera está invitado.

 

De todos los actores, poetas y músicos que han pasado por el Ojo Crítico, ¿con cuál te has sentido más a gusto? ¿qué entrevista recuerdas con mayor cariño?

 

Recuerdo con mucho cariño a Enrique Morente, le dimos el premio El Ojo Crítico Especial por toda su carrera y vino a la radio como era él, con absoluta humildad, sin darse ninguna importancia. Yo ya le admiraba como músico y salí rendida al ser humano, esos ojos brillantes y tímidos. Un genio. Y una muy especial fue a la hija de Carmen Laforet, Cristina Cerezales, porque a través de ella sentí en el estudio muy cerca a su madre, a la que dedicó un libro precioso titulado “Música blanca”. También fue emocionante charlar con Pedro Almodóvar o Joaquín Achúcarro.

 

¿Cómo ves el futuro de la radio? ¿Tienen las jóvenes promesas cabida en esta caja sonora?

 

Cuando empecé en la radio un amigo me dijo que si dominabas la radio dominabas todos los medios: la tele, el periodismo escrito… como si la radio fuera el núcleo del periodismo y creo que es verdad, así que, a diferencia de otros medios, creo el futuro de la radio es espléndido; otra cosa son los formatos, los canales por los que la escucharemos, las emisoras… Eso cambiará seguro, pero la palabra, las historias de la radio, los sonidos, la esencia, seguirá igual, adaptándose a los tiempos, acompañando, como siempre ha hecho.

 

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