Olga Ruiz: "El periodismo ganará la batalla"
Carlos Rey Estevez
El teléfono suena. Pasan los segundos. Alguien responde. Igual que la radio, su voz no engaña: es la de alguien que lleva años al otro lado de las ondas. Se trata de la voz de Olga Ruiz, una de las culpables de que en España podamos disfrutar de uno de los mayores exponentes de la innovación radiofónica a día de hoy: El Extrarradio. Su espacio particular dentro de él, Cuando éramos periodistas, reflexiona sobre nuestro oficio (el mejor del mundo para García Márquez, ¿quién soy yo para desmentirlo?). Mientras, los que todavía estamos pensando en cuándo seremos periodistas tenemos la oportunidad de escuchar las palabras de alguien que ha demostrado que, con esfuerzo, talento y sin dejar de soñar, podemos encontrar un hueco en la radio actual.
Aunque ya te lo habrán preguntado mil veces, nunca está de más recordarlo. ¿Cómo nace El Extrarradio?
La verdad es que El Extrarradio nace de una mala noticia, de un despido que, lamentablemente, suele ser muy habitual últimamente en los medios de comunicación. Todos venimos de la radio convencional y a la vuelta de unas vacaciones de verano nos encontramos con que nos habíamos quedado sin trabajo y a raíz de ahí es cuando empezamos a pensar qué podíamos hacer nosotros para cambiar las cosas. Evidentemente era casi imposible que nos vinieran a buscar de cualquier medio de comunicación. Entonces decidimos que lo mejor que podíamos hacer era crear nuestro propio medio de comunicación para hacer lo que más nos gustaba, que era contar historias.
¿Os inspirasteis en algún modelo ya existente para darle forma al Extrarradio?
Más bien buscamos que no hubiese nada parecido a nosotros. Al final todos tenemos influencias y acabamos por crear nuestro pequeño Frankestein con cosas de medios que escuchábamos en radio convencional y a la vez apostamos por innovar en radio, algo que desgraciadamente no se hace en exceso. No nos fijamos en nadie, sólo nos fijamos en que lo que queríamos poner en marcha encajase con nuestra forma de ver el periodismo y que no lo hiciese ningún otro compañero.
¿Cuáles son los contenidos que consiguen una mejor recepción?
Cuando creas un medio de comunicación das cabida a contenidos que sabes que van a funcionar bien. Luego también creas otra serie de contenidos que tú crees que deben estar porque aportan un plus de calidad, de elegancia y de periodismo y crees que va a ser para un público más selecto. Pensábamos que nuestro programa de literatura iba a tener un número reducido de oyentes, pero luego nos llevamos la grata sorpresa de que es de los más escuchados de El Extrarradio. Esto nos demuestra una vez más que el público es inteligente y hay oyentes para todo tipo de programas, simplemente tienes que darle lo que realmente quieren y con una calidad extrema, que es lo que nosotros intentamos.
Para que luego los medios digan que sólo ofrecen lo que demanda la gente, cuando ejemplos como éste demuestran que la gente recibe bien otro tipo de ofertas.
Exactamente. Además, el consumidor de periodismo en nuestra sociedad es cada vez más exigente, no nos conformamos con lo que nos dan. Hemos hablado con muchos maestros de la comunicación, y la mayoría de ellos coincidían en que estamos muy entretenidos, pero muy poco informados. Estamos saturados de titulares, pero hay poco trabajo periodístico en profundidad. Con las nuevas tecnologías lo que uno quiere es informarse de verdad sobre lo que está pasando e ir al fondo de las cuestiones, más allá de la urgencia mediática. No creemos que una noticia tenga que tener sus tres o cuatro minutos de radio y acabar: intentamos dar a cada contenido y a cada tema el tiempo que creemos que se merece para, simplemente, ser explicado bien. No es imposible profundizar en temas complejos.
¿Crees que el modelo actual, con unas pocas radios de programación casi idéntica puede perdurar mucho tiempo o que al final surgirán otras iniciativas similares a El Extrarradio que acaben por cambiar este panorama?
Cuando nos hablan de la radio convencional siempre decimos lo mismo: tanto la radio convencional como los nuevos medios que surgimos en Internet tenemos que convivir juntos e ir de la mano. Al final no todos sobreviviremos en este panorama, pero me gusta creer que los que nos quedemos de estos nuevos medios de comunicación lo haremos por la calidad. Al final no se hablará de nueva radio o de post-radio, sino de radio sin más, y esa radio será una hibridación entre la convencional y la nueva. Las radios convencionales tienen que, poco a poco, sumarse a esto, ya que innovar no es sólo subir los contenidos a la web, sino que hay que ofrecer un plus ligado a la calidad sonora, la profundidad, el paisaje sonoro… En cuanto a los nuevos proyectos, cada día surgen más, ahora puedes ser tu propio medio de comunicación gracias a las nuevas tecnologías. Lo que siempre deseamos es que siempre sea con una rigurosidad periodística y una calidad que nos haga enorgullecernos y no desprestigie a otros nuevos medios. De la facultad salen excelentes periodistas dispuestos a cambiar las cosas y estamos seguros de que juntos acabaremos mejorando el panorama periodístico de este país.
Tú misma trabajaste en la COPE durante 14 años. Aunque supongo que serán muchas, ¿qué diferencias encuentras a la hora de trabajar en El Extrarradio o en una radio generalista?
La COPE no se diferencia mucho de cualquier otra emisora convencional en cuanto a su funcionamiento, más allá de la línea editorial, pero con El Extrarradio la diferencia es abismal. También depende de con quién te toque trabajar. En mis primeros años tuve un jefe innovador, con la mente abierta, pero luego tuve unos últimos años nefastos. Al final ésa es la diferencia, que en la radio convencional dependes de los designios de la persona encargada, que te dice hasta dónde puedes llegar. El funcionamiento de una radio online y de una radio convencional es totalmente diferente: la forma de tratar los temas, de cocinarlos, el tiempo que puedes dedicarle a cada uno de ellos, el enfoque, el cuidado y el mimo que le puedes dar a cada uno… A pesar de que yo trabajo con todo el equipo que tenía en la Cadena COPE, todos coincidimos en que no tiene nada que ver, sobre todo por la creatividad. En las emisoras convencionales se trabaja con mucha prisa, todo es urgente, y al final te queda la sensación de que no puedes darle una vuelta a los temas o hacer cosas que te gustaría poder hacer. Eso es lo que echábamos en falta en la radio profesional.
Ahora cada uno es su propio jefe...
Sí, cada uno es su propio jefe y todos somos jefes de todos. A veces trabajar con amigos de hace tiempo también es complicado, hay que saber gestionar un equipo de gente que se tiene confianza y que ahora no se debe a ningún grupo mediático. Evidentemente tiene que haber una jerarquía, porque esto no puede ser un grupo de amigos haciendo radio, sino las cosas no saldrían como salen. En nuestras decisiones siempre impera el consenso, lo que hace que intentemos estar de acuerdo y ser coherentes. Esta coherencia es algo que nos parece muy importante, ya que a veces en la radio convencional la línea editorial hace que la dejemos de lado.
Un año después de empezar, en 2013, recibisteis el Premio Ondas a la Innovación Radiofónica. ¿Qué sentiste en ese momento?
Es lo mejor que le puede pasar a cualquier profesional que se dedique a esto. Recibir el Ondas marcó un antes y un después en nuestra trayectoria profesional individual y colectiva. Para mí, personalmente, era un sueño inalcanzable. Uno sabe que trabaja en esto y que probablemente va a dedicarse toda la vida a la radio y no va a ganar un Ondas, eso está reservado a los grandes, a los maestros. Nuestro Ondas demuestra que se puede creer en un sueño, que se puede luchar por conseguir ese sueño y que hay que ser perseverante. Nos ha hecho mejorar a muchos niveles. Nos ha hecho confiar en lo que estábamos haciendo, darnos cuenta de que no estábamos tan equivocados. También es una reflexión por parte del jurado, que apuesta por una nueva forma de hacer radio en los nuevos formatos. De hecho, estamos francamente tristes porque el Premio Ondas a la Innovación Radiofónica ha quedado desierto y no sabemos si es porque los nuevos proyectos no tienen la calidad necesaria para ser valorados por el jurado, si no hay nuevos proyectos o qué pasa. Nos gustaría que este premio no quedara desierto nunca, así que animamos a toda la gente a que el año que viene luchen por esa estatuilla, que es maravillosa.
Hay un antes y un después a nivel de apoyo tanto económico como del público a raíz del Premio Ondas?
Hubo un cambio a nivel de prestigio, el Premio Ondas te sitúa en el mapa. Antes teníamos muchos seguidores, pero cuando te dan un Ondas apareces en el panorama mediático junto a otras emisoras que llevan mucho más tiempo. Eso supuso para nosotros un cierto estrés, porque sabíamos que no podíamos bajar el nivel al tener encima tantos ojos y orejas. También nos ha servido, sobre todo, para explicar nuestro modelo. Ahora se nos tiene en cuenta en las Universidades, donde damos clases de innovación radiofónica, seminarios, másters, recorremos España en diferentes congresos explicando cómo surgió ésto y cómo es posible hacerlo… Evidentemente, eso hace que el prestigio del proyecto sea más importante. Aun así, económicamente cuesta. Cuesta que los grandes patrocinadores se fijen en estos nuevos proyectos, todavía hay una concepción clásica de cómo es la radio y cómo funciona. Creo que es el siguiente paso que hay que dar, confiar en estos nuevos proyectos que no son el futuro: son el presente y son de lo que estará conformada la radio en cinco o seis años, aunque es un camino lento.
Dentro de ese camino lento que recorreis, ¿crees que habrá un futuro esperanzador para El Extrarradio o que habrá que seguir luchando por aguantar económicamente mucho más tiempo?
Nosotros somos optimistas cien por cien. El Extrarradio económicamente va a funcionar, porque tiene que funcionar, porque todo nos has salido bien hasta ahora y porque no hay ninguna otra salida posible. Ni nos rendimos ni creemos que esto vaya a caer en saco roto. Al final El Extrarradio va asociado a muchas otras cosas paralelas. No necesitamos el típico ingreso por publicidad en un banner, que por cierto está más que pasado de moda y obsoleto. Hay muchas cosas que hacen que podamos ganarnos la vida con cosas relacionadas con El Extrarradio, como las clases, los másters, los congresos y otras acciones. ¿Que faltan los patrocinadores? Claro que faltan, pero hay que innovar también en la forma de financiación. Nosotros tenemos un servicio de micropagos, hay que romperse un poco la cabeza para ver desde dónde puede entrar ese dinero necesario.
El nacimiento de iniciativas como El Extrarradio es de lo poco positivo que se puede rescatar de la crisis. Todos los que formáis parte del proyecto venís de EREs. ¿Qué sentís cuando escucháis al Presidente del Gobierno decir que la crisis ha acabado?
Para que nosotros creamos que la crisis ha acabado no tenemos que verlo reflejo en la macroeconomía, en la cual nos perdemos, sino en la economía del día a día de tantos y tantos ciudadanos. Que la crisis se acabe significará que la gente consuma más, que la gente salga más, que la gente se vaya de vacaciones y que la gente pueda empezar a tener una vida digna. Justo ahora estamos preparando un reportaje sobre el trabajo en precario, porque hoy en día tener trabajo ya no garantiza una vida digna. Sí que es verdad que la crisis agudiza el ingenio y la creatividad, como también pasó en Argentina o en otros muchos países. Empiezas a pensar que a peor no puedes ir, así que empiezas a hacer lo que realmente te gusta. A raíz de la crisis han surgido muchos proyectos que merecen atención. Mucha gente ha sabido que podía hacer cosas que no se planteaba porque antes estaba en esa zona de confort en la que todos hemos estado con nuestro trabajo seguro y nuestro sueldo a fin de mes. Yo creo que a la profesión periodística la crisis, a pesar de los despidos y las cifras, también nos ha ayudado a no relajarnos y a pensar que podíamos hacer algo más por cambiar el panorama periodístico. Nos anima a dar un empujón que tenemos que dar los propios periodistas, sin esperar a que venga un gran grupo mediático. Somos nosotros los que podemos y debemos hacer algo por dignificar nuestra profesión.
Uno de vuestros eslóganes es “desmaquillando la realidad”. Mientras vosotros la desmaquilláis, hay otros que se empeñan en maquillarla de formas casi inimaginables. ¿Quién crees que está ganando esta batalla del maquillaje?
Al final la batalla siempre la gana el público, que es quien decide qué quiere escuchar y qué quiere ver. Nosotros creemos que la realidad hay que presentarla sin ningún tipo de maquillaje, somos defensores del periodismo que no es activismo, el periodismo cien por cien. Somos transmisores de la realidad, hay que poner las cartas sobre la mesa y luego el oyente es el que toma sus propias conclusiones. Creo que de esta forma es cómo podemos llegar al fondo de las cuestiones y cómo el periodista puede ejercer su función. Quien gana es siempre el periodismo, que es una forma de que gane la sociedad, porque una sociedad sin periodistas sería absolutamente insoportable. Si pones los elementos de forma coherente y digna sobre la mesa y es el oyente quien saca sus propias conclusiones no eres tú quién le dice que tiene que pensar. De esa forma gana el periodismo, gana la ciudadanía y gana nuestra sociedad. Sé que suena muy utópico, pero hace falta situar al periodismo en el lugar al que le corresponde.
Ése es uno de los problemas que tenemos, que el periodismo activista, el que toma parte, cobra cada vez más fuerza. Muchos hablan del periodismo como cuarto poder y, mientras vemos que los otros tres se entremezclan más allá de lo ético, el cuarto peca de lo mismo. ¿Debe el periodismo ser un poder más o el contrapoder?
El periodismo tiene que denunciar las injusticias. Asociar periodismo a poder nunca me ha gustado, ni siquiera el periodismo al lado del poder, que es servilismo. Hoy se llevan mucho los prescriptores de opinión. Un periodista tiene que tener personalidad, no puede ser un busto parlante, pero hay muchas formas de hacerlo, no poniéndose al servicio de nadie ni ofreciendo nada parecido al activismo periodístico.
Sobre el periodismo también decía Ramón Lobo que lo que le sobra es “gente con traje”. ¿La solución pasa porque el periodista salga más a la calle y deje de lado a esta gente con traje?
Evidentemente, el periodista siempre tiene que estar al lado de la ciudadanía, no del poder. Si se aleja de la calle al final se aleja de la realidad y deja de cumplir con su labor.
Hace unos días dijo Iñaki Gabilondo en una entrevista que no hay peor censura que el paro.
Pues sí, uno de los grandes problemas del periodismo siempre ha sido la censura, e incluso es peor todavía el de la autocensura. Ahora hay periodistas que tienen miedo de traspasar determinadas líneas porque saben que eso puede acarrear un despido. Es terrible que un periodista llegue a autolimitarse de esa manera.
En El Extrarradio habláis mucho de periodigno. ¿Qué convierte al periodismo en periodigno?
Básicamente la libertad para hacer lo que tú quieres.
¿Qué proyectos marcan el camino a seguir en la radio ahora mismo?
Ahora mismo hay proyectos muy interesantes, como Radio Ambulante, que están revitalizando el género de la crónica en Latinoamérica. También seguimos a nuestro amigo Javier Gallego, con el que colaboramos esta temporada. Es un caso interesante, porque han pasado por todo, estuvieron muchos años en la radio pública, luego en la radio generalista aunque fuese un podcast y ahora ya son también independientes.
Hablabas de Radio Ambulante, que recuperaba géneros como la crónica, e incluso vosotros mismos también lo estáis haciendo. Parece que los antiguos géneros periodísticos estaban prácticamente desterrados ante la inmediatez de la radio generalista, pero ahora han vuelto y realmente funcionan bien.
Sí, aunque no son los géneros antiguos como tal, sino que los adaptamos a la actualidad, como la crónica, un género totalmente necesario. También hacemos documentales radiofónicos, los temáticos, entre todos. También me gusta recuperar mi género predilecto, la entrevista, que parece que en radio ya nadie escuchaba entrevistas de media hora, pero mientras haya buenas preguntas y entrevistados que tengan algo que aportar.
¿Qué le dirías a los futuros periodistas que están ahora mismo en la facultad para animarlos a seguir adelante?
Que no se rindan. Una sociedad sin periodistas sería muy triste. Que emprendan, que cumplan sueños. Pero que tengan claro que no somos héroes por emprender, también son héroes los que están en radios convencionales luchando para que su familia llegue a fin de mes.
Puede que no seáis héroes, pero habéis conseguido que muchos estudiantes veamos que otro tipo de periodismo es posible.
Eso es lo mejor que nos pueden decir. Siempre hay que mantener la ilusión.
Y ya para terminar, una pregunta imprescindible en “La Radio de mi Recreo”... ¿qué es para ti la radio?
Pues muy simple, una pasión, una necesidad. Cada día me pongo delante de un micro con unos cascos y hago radio, es algo que no puede faltar. La radio tiene algo especial: en ella no puedes mentir. Cuando un profesional no es convincente en radio se nota muy rápido. Es un medio de comunicación único y todavía tiene un largo camino por recorrer e innovar.